En el pasado
Escribiendo sobre las invenciones y los descubrimientos africanos, Count C. Volney, el renombrado historiador francés, escribió: "Personas ahora olvidadas descubrieron, mientras otros eran todavía bárbaros, los elementos de las artes y de la ciencia. Una raza de hombres ahora rechazada por la sociedad por su piel oscura y su pelo enrulado cimentó en el estudio de las leyes de la naturaleza esos sistemas civiles y religiosos que todavía gobiernan el universo."
A lo que el doctor John Henrik Clarke, un historiador afroamericano, agrega: "Primero, las distorsiones deben admitirse. El hecho lamentable es que la mayoría de lo que nosotros llamamos ahora historia mundial es sólo la historia del primer y segundo florecimiento de Europa. Los europeos todavía no reconocen que el mundo no los estaba esperando en la oscuridad para que trajeran la luz. La historia de Africa ya era vieja cuando Europa nació."
El doctor Clarke es apoyado por el estudioso y explorador alemán Leo Frobenius, quien escribió en su principal obra, "Und Afrika Sprach", publicada en 1910: "En esa porción del globo, el anglosajón Henry Morton Stanley les dio el nombre de "oscuros" y "oscurísimos"... Pero antes de las invasiones extranjeras, los africanos no vivían en grupos pequeños sino en comunidades de 20.000 o 30.000 habitantes, cuyas carreteras estaban sombreadas por espléndidas avenidas de palmeras, plantadas a intervalos regulares y de una manera ordenada."
El trabajo de Frobenius incluso fue mejorado por Thomas Hodgkins, un historiador británico que escribió después: "Cuando las personas hablan, como todavía algunas veces lo hacen, sobre el Africa al sur del Sahara como un continente sin historia, lo que ellos realmente dicen es que esa porción de Africa tiene una historia de la que nosotros, los occidentales, somos deplorablemente ignorantes... Uno debe admitir que todavía somos víctimas de una mentalidad colonialista: encontramos difícil de comprender que los africanos poseyeron su propia civilización durante muchos siglos antes de que los europeos, comenzando con los portugueses al final del siglo XV, concibieran la idea de intentar venderles la nuestra."
La mayoría de los historiadores acepta ahora que los antiguos imperios africanos de Ghana, Malí y Songhay* habían desarrollado sociedades científicas.
En "Una historia del Desarrollo Intelectual de Europa", publicada en 1864, J. W. Draper escribió sobre el desarrollo social y artístico inmensamente superior de los moros (los negros), que bien podrían haber visto con arrogante desprecio las viviendas de los gobernantes de Alemania, Francia y Inglaterra, que por entonces eran apenas mejores que sus establos."
Recientemente, el periodista británico de televisión Jon Snow, quien se hizo un nombre como periodista en Africa en los años setenta, quedó asombrado al encontrar en una biblioteca en Tombuctú (Malí), pilas de libros fechados "hace más de 500 años" (sus propias palabras en cámara).
"A nosotros (en referencia a los europeos) nos gusta pensar que fue nuestra cultura la que les llevó los libros a Africa, pero aquí en mis manos está la evidencia que muestra lo contrario. Ellos nos dieron los libros", dijo Snow mientras hojeaba uno de ellos. La documentación demuestra que las primeras universidades en Europa se fundaron mucho después de la Universidad de Sankore, en Tombuctú, cuyos profesores eran todos africanos.
Escribiendo sobre las invenciones y los descubrimientos africanos, Count C. Volney, el renombrado historiador francés, escribió: "Personas ahora olvidadas descubrieron, mientras otros eran todavía bárbaros, los elementos de las artes y de la ciencia. Una raza de hombres ahora rechazada por la sociedad por su piel oscura y su pelo enrulado cimentó en el estudio de las leyes de la naturaleza esos sistemas civiles y religiosos que todavía gobiernan el universo."
A lo que el doctor John Henrik Clarke, un historiador afroamericano, agrega: "Primero, las distorsiones deben admitirse. El hecho lamentable es que la mayoría de lo que nosotros llamamos ahora historia mundial es sólo la historia del primer y segundo florecimiento de Europa. Los europeos todavía no reconocen que el mundo no los estaba esperando en la oscuridad para que trajeran la luz. La historia de Africa ya era vieja cuando Europa nació."
El doctor Clarke es apoyado por el estudioso y explorador alemán Leo Frobenius, quien escribió en su principal obra, "Und Afrika Sprach", publicada en 1910: "En esa porción del globo, el anglosajón Henry Morton Stanley les dio el nombre de "oscuros" y "oscurísimos"... Pero antes de las invasiones extranjeras, los africanos no vivían en grupos pequeños sino en comunidades de 20.000 o 30.000 habitantes, cuyas carreteras estaban sombreadas por espléndidas avenidas de palmeras, plantadas a intervalos regulares y de una manera ordenada."
El trabajo de Frobenius incluso fue mejorado por Thomas Hodgkins, un historiador británico que escribió después: "Cuando las personas hablan, como todavía algunas veces lo hacen, sobre el Africa al sur del Sahara como un continente sin historia, lo que ellos realmente dicen es que esa porción de Africa tiene una historia de la que nosotros, los occidentales, somos deplorablemente ignorantes... Uno debe admitir que todavía somos víctimas de una mentalidad colonialista: encontramos difícil de comprender que los africanos poseyeron su propia civilización durante muchos siglos antes de que los europeos, comenzando con los portugueses al final del siglo XV, concibieran la idea de intentar venderles la nuestra."
La mayoría de los historiadores acepta ahora que los antiguos imperios africanos de Ghana, Malí y Songhay* habían desarrollado sociedades científicas.
En "Una historia del Desarrollo Intelectual de Europa", publicada en 1864, J. W. Draper escribió sobre el desarrollo social y artístico inmensamente superior de los moros (los negros), que bien podrían haber visto con arrogante desprecio las viviendas de los gobernantes de Alemania, Francia y Inglaterra, que por entonces eran apenas mejores que sus establos."
Recientemente, el periodista británico de televisión Jon Snow, quien se hizo un nombre como periodista en Africa en los años setenta, quedó asombrado al encontrar en una biblioteca en Tombuctú (Malí), pilas de libros fechados "hace más de 500 años" (sus propias palabras en cámara).
"A nosotros (en referencia a los europeos) nos gusta pensar que fue nuestra cultura la que les llevó los libros a Africa, pero aquí en mis manos está la evidencia que muestra lo contrario. Ellos nos dieron los libros", dijo Snow mientras hojeaba uno de ellos. La documentación demuestra que las primeras universidades en Europa se fundaron mucho después de la Universidad de Sankore, en Tombuctú, cuyos profesores eran todos africanos.
El antiguo Egipto
Hasta en el antiguo Egipto, que era esencialmente un imperio negro cuya gran gloria se ha atribuido maliciosamente a los árabes, los negros fueron quienes iniciaron el camino de las ciencias.
Sir J. G. Wilkinson admitió en su libro "Los antiguos egipcios" (1854) "que los antiguos egipcios poseyeron un considerable conocimiento de la química y del uso de óxidos metálicos, como quedó evidenciado en los colores aplicados a sus piezas de vidrio y porcelana; y ellos incluso estaban familiarizados con los efectos de los ácidos sobre los colores y eran capaces de lograr matices en las tinturas de las telas utilizando métodos similares a los que nosotros empleamos en nuestros trabajos sobre el algodón."
En su libro "Antiguo Egipto: la Luz del Mundo" (1907), Gerald Massy admitió que Imhotep, el multifacético genio negro, fue el verdadero "padre de la medicina" y no, como se sostiene erróneamente, el médico griego Hipócrates. Imhotep era un antiguo egipcio que vivió aproximadamente en el 2300 antes de Cristo. Los documentos muestran que tanto Grecia como Roma tomaron sus conocimientos de medicina de él. El era venerado en Roma como el "Príncipe de la Paz en la forma de un hombre negro". También fue un arquitecto adelantado a su tiempo, y sirvió como primer ministro del rey Zoser.
Hipócrates, el llamado "padre de la medicina", vivió 2.000 años después de Imhotep. Sin embargo, todavía el juramento tomado a los médicos de la era moderna observa un código de ética médica basada en Hipócrates y no en Imhotep.
Este rechazo o falta de reconocimiento de las invenciones y descubrimientos de los negros la razón por la que personas como el maestro ghaniano pueden decir que los negros no han inventado nada. Invenciones tales como el papel, la elaboración de zapatos, las bebidas alcohólicas, los cosméticos, las bibliotecas, la arquitectura y muchos más han sido obra de personas negras mucho antes del florecimiento de Europa.
Arthur Weigall ("Personalidades de la Antigüedad", publicado en 1928) admite que Akhenatón, el monarca negro del antiguo Egipto, fue la primera persona en predicar la creencia en un Dios todopoderoso, todo amor.
"En los primeros años de su reinado _escribe Weigall_, cuando todavía era un muchacho, Akhenatón promulgó una doctrina que estaba en su aspecto exterior un culto del poder invisible e intangible, llamado Aton. Se hacía visible para la humanidad en la luz del sol, generadora de vida, pero en su significado más profundo, simplemente era la creencia en un único Dios, todopoderoso, padre de todas las criaturas vivientes y por quien todas las cosas tenían su razón de ser."
Sobre Akhenatón, J. A. Rogers ("Los grandes hombres de color del mundo") escribió: "Siglos antes del rey David, él escribió salmos tan bonitos como aquéllos del monarca judío. Trescientos años antes de Cristo, Akhenaton predicó y vivió un evangelio de amor perfecto, hermandad y verdad. Dos mil años antes de Mahoma, él enseñó la doctrina de un solo Dios. Tres mil años antes que Darwin, él se dio cuenta de la unidad que atraviesa todas las cosas vivientes."
Cuando Akhenatón predicaba su creencia en un solo Dios todoperoso, era considerado un hereje. Así, la creencia moderna en un Dios omnipotente, tan cara para cristianos, judíos y musulmanes, enverdad es una consecuencia del pensamiento de Akehnatón, cuyos orígenes son muy anteriores a la era judeocristiana.
Hasta en el antiguo Egipto, que era esencialmente un imperio negro cuya gran gloria se ha atribuido maliciosamente a los árabes, los negros fueron quienes iniciaron el camino de las ciencias.
Sir J. G. Wilkinson admitió en su libro "Los antiguos egipcios" (1854) "que los antiguos egipcios poseyeron un considerable conocimiento de la química y del uso de óxidos metálicos, como quedó evidenciado en los colores aplicados a sus piezas de vidrio y porcelana; y ellos incluso estaban familiarizados con los efectos de los ácidos sobre los colores y eran capaces de lograr matices en las tinturas de las telas utilizando métodos similares a los que nosotros empleamos en nuestros trabajos sobre el algodón."
En su libro "Antiguo Egipto: la Luz del Mundo" (1907), Gerald Massy admitió que Imhotep, el multifacético genio negro, fue el verdadero "padre de la medicina" y no, como se sostiene erróneamente, el médico griego Hipócrates. Imhotep era un antiguo egipcio que vivió aproximadamente en el 2300 antes de Cristo. Los documentos muestran que tanto Grecia como Roma tomaron sus conocimientos de medicina de él. El era venerado en Roma como el "Príncipe de la Paz en la forma de un hombre negro". También fue un arquitecto adelantado a su tiempo, y sirvió como primer ministro del rey Zoser.
Hipócrates, el llamado "padre de la medicina", vivió 2.000 años después de Imhotep. Sin embargo, todavía el juramento tomado a los médicos de la era moderna observa un código de ética médica basada en Hipócrates y no en Imhotep.
Este rechazo o falta de reconocimiento de las invenciones y descubrimientos de los negros la razón por la que personas como el maestro ghaniano pueden decir que los negros no han inventado nada. Invenciones tales como el papel, la elaboración de zapatos, las bebidas alcohólicas, los cosméticos, las bibliotecas, la arquitectura y muchos más han sido obra de personas negras mucho antes del florecimiento de Europa.
Arthur Weigall ("Personalidades de la Antigüedad", publicado en 1928) admite que Akhenatón, el monarca negro del antiguo Egipto, fue la primera persona en predicar la creencia en un Dios todopoderoso, todo amor.
"En los primeros años de su reinado _escribe Weigall_, cuando todavía era un muchacho, Akhenatón promulgó una doctrina que estaba en su aspecto exterior un culto del poder invisible e intangible, llamado Aton. Se hacía visible para la humanidad en la luz del sol, generadora de vida, pero en su significado más profundo, simplemente era la creencia en un único Dios, todopoderoso, padre de todas las criaturas vivientes y por quien todas las cosas tenían su razón de ser."
Sobre Akhenatón, J. A. Rogers ("Los grandes hombres de color del mundo") escribió: "Siglos antes del rey David, él escribió salmos tan bonitos como aquéllos del monarca judío. Trescientos años antes de Cristo, Akhenaton predicó y vivió un evangelio de amor perfecto, hermandad y verdad. Dos mil años antes de Mahoma, él enseñó la doctrina de un solo Dios. Tres mil años antes que Darwin, él se dio cuenta de la unidad que atraviesa todas las cosas vivientes."
Cuando Akhenatón predicaba su creencia en un solo Dios todoperoso, era considerado un hereje. Así, la creencia moderna en un Dios omnipotente, tan cara para cristianos, judíos y musulmanes, enverdad es una consecuencia del pensamiento de Akehnatón, cuyos orígenes son muy anteriores a la era judeocristiana.
Más invenciones negras
En la era romana, un hombre negro ahora olvidado, Tiro (nacido hacia el 103 antes de Cristio) fue el inventor de la escritura taquigráfica.
Varios historiadores han recordado a Tiro como secretario de Marco Tulio Cicero. Cicero amaba dictar sus cartas a Tiro, que las escribía en taquigrafía. ¿Cuántos siglos pasaron desde el año 63 antes de Cristo hasta el 1837 de nuestra era, cuando el inglés Isaac Pitman "inventó" su taquigrafía?
Otro historiador, Charles Rollin, cuenta que los egipcios, a raíz de las inundaciones provocadas por el Nilo, estaban obligados a medir a menudo su país y para ese propósito idearon un método que dio origen a la geometría. Ese método pasó de Egipto a Grecia, y se cree que fue Thales de Mileto quien lo llevó en uno de sus viajes.
Y si algo faltaba para asombro del maestro ghaniano, Esopo, que vivió en el siglo VI antes de cristo, también era negro. Según Planudes el Grande, en el siglo XIV un monje a quien le debemos la forma actual de las fábulas de Esopo, lo describió "con labios gruesos y piel negra". La influencia de Esopo en el pensamiento y la moral occidental es profunda. Platón, Sócrates, Aristófanes, Shakespeare, La Fontaine y otros grandes pensadores se inspiraron en su sabiduría.
En la era romana, un hombre negro ahora olvidado, Tiro (nacido hacia el 103 antes de Cristio) fue el inventor de la escritura taquigráfica.
Varios historiadores han recordado a Tiro como secretario de Marco Tulio Cicero. Cicero amaba dictar sus cartas a Tiro, que las escribía en taquigrafía. ¿Cuántos siglos pasaron desde el año 63 antes de Cristo hasta el 1837 de nuestra era, cuando el inglés Isaac Pitman "inventó" su taquigrafía?
Otro historiador, Charles Rollin, cuenta que los egipcios, a raíz de las inundaciones provocadas por el Nilo, estaban obligados a medir a menudo su país y para ese propósito idearon un método que dio origen a la geometría. Ese método pasó de Egipto a Grecia, y se cree que fue Thales de Mileto quien lo llevó en uno de sus viajes.
Y si algo faltaba para asombro del maestro ghaniano, Esopo, que vivió en el siglo VI antes de cristo, también era negro. Según Planudes el Grande, en el siglo XIV un monje a quien le debemos la forma actual de las fábulas de Esopo, lo describió "con labios gruesos y piel negra". La influencia de Esopo en el pensamiento y la moral occidental es profunda. Platón, Sócrates, Aristófanes, Shakespeare, La Fontaine y otros grandes pensadores se inspiraron en su sabiduría.