Nikola Tesla, es uno de los hombres más influyentes, tanto de la ciencia como de la tecnología, llamado por muchos como “el que iluminó el mundo”.
Nikola nació el 10 de julio de 1856 en un pequeño pueblo llamado Smiljan en la actual Croacia, y fue el creador de diversos inventos que definitivamente cambiaron el curso de la historia y sentaron una base para las nuevas tecnologías: el control remoto, la radio, la corriente alterna, los rayos X, las ampolletas fluorescentes o la comunicación inalámbrica son parte de los muchos dispositivos que utilizamos a diario.
Tesla, inventor, ingeniero mecánico y físico, fue siempre una persona excéntrica ya sea por sus casi dos metros de altura, su genio o su particular manera de trabajar.
Sin embargo, este prolífico inventor no ha obtenido el reconocimiento que merece por sus contribuciones al mundo moderno.
Sin embargo, este prolífico inventor no ha obtenido el reconocimiento que merece por sus contribuciones al mundo moderno.
No patentaba todos sus trabajos en gran medida, debido a que no realizaba planos para ejecutar sus inventos, sólo los pensaba y luego los construía tal como imaginaba.
Hasta el de hoy muchos aún creen que la invención de la radio se debe a Guillermo Marconi, pero en realidad fue Tesla quien la llevó a cabo dos años antes.
Además, en su invención Marconi utilizó por lo menos 15 piezas patentadas mucho antes por Tesla. De hecho, en 1943 el Tribunal Supremo de EEUU anuló la patente de Marconi al comprobar que Nikola Tesla la había inventado años antes.
Tesla y su relación con Edison
Después de estudiar en Austria y en la República Checa, en 1881 tuvo su primer en electricidad como ingeniero eléctrico para una en Hungría, en donde comenzó a plantearse los primeros criterios para solucionar los problemas en cuanto al campo magnético rotativo. Al año siguiente se mudó a Francia y comenzó a trabajar para una de las sucursales de la empresa de Edison, donde inventó el motor de inducción y numerosos dispositivos cuyo funcionamiento se basaba en el uso del campo magnético rotativo.
En el año 1883 se muda a EEUU para trabajar con el propio Edison, pasando de ser un empleado de una sucursal francesa de la compañía a ser prácticamente la mano derecha de su jefe. Trabajando para Edison, Tesla dedicó varios años de su vida al desarrollo de los dinamos de la línea de su jefe.
Edison encomendó a Tesla mejorar los diseños que trabajaba referidos a generadores de corriente continua, tarea que fue cumplida superando las expectativas de Edison. Sin embargo, éste se negó a pagar los 50 mil dólares acordados por el trabajo y tampoco le subió el sueldo por lo que Tesla, enfurecido, abandonó la compañía.
Luego de esto se enfocó en sus estudios, convirtiéndose en padre de la corriente alterna, imponiéndose a lo propuesto por Edison y comenzando así una larga competición y enemistad a lo largo de los años.
Con sus trabajos, Tesla demostró la ineficacia y las fallas del uso de las potencias de corriente continua de Edison, proponiendo sustituirlas por el uso de corriente alterna. El cambio propuesto por Tesla minimizó la pérdida de energía a grandes distancias y luego de desarrollar un sistema de generadores polifásicos alternos, motores y transformadores, el sistema se adoptó en EE.UU. para el suministro de energía, lo que culminó en lo que se conoció como la guerra de las corrientes entre Tesla y su inversor Westinghouse contra Edison y su socio, el banquero J.P. Morgan.
Cuando Tesla se fue de la empresa de Edison creó la Tesla Electric Company, patentando numerosas y flamantes invenciones como los generadores de corriente alterna (CA o AC del inglés alternating current), más eficaces, económicos y útiles que los de corriente continua (CC o DC del inglés direct current) de Edison, ahora su archienemigo. Así comenzó la guerra de las corrientes entre Tesla y Edison, y mientras Edison buscaba electrificar todo el territorio con CC, Tesla se esmeraba en evitarlo planteando que para llevar al energía eléctrica a cada rincón del país, ciertamente, la CA era la mejor opción.
Torre Wardenclyffe: energía inalámbrica y gratuita para todos
Cuando el mundo aún se valía de velas o lámparas de gas para obtener un poco de luz y continuar realizando sus actividades diarias, Nikola Tesla realizaba impensadas experimentaciones con rayos X, magnetismo o transmisiones inalámbricas, entre muchas otras cosas, a pesar de no haber concluido sus estudios.
Pero el máximo anhelo de Nikola Tesla siempre fue la electricidad, de hecho fue un poco más allá: su idea era lograr transmitir de forma gratuita (sí, de forma gratuita) energía y comunicaciones inalámbricas, para lo cual trabajó varios años de su vida en un proyecto llamado Torre Wardenclyffea principios de 1900.
Shoreham, Nueva York, fue el lugar elegido para construir la torre de alta tensión de más de 30 metros de altura, la que permitiría llevar a cabo telefonía comercial trasatlántica y demostrarle al mundo entero que era factible transmitir energía sin la necesidad de utilizar cables, basándose en la posibilidad de que la ionosfera y la tierra realizaran la función de conductores de la energía, todo ello sin costo alguno para los habitantes.
Sin embargo, los intereses económicos frenaron esta utopía, obligando a Tesla a cerrar Wardenclyffe antes de su demolición en 1917.
Sin embargo, los intereses económicos frenaron esta utopía, obligando a Tesla a cerrar Wardenclyffe antes de su demolición en 1917.
A pesar de su gran inteligencia y aportes a la tecnología, Tesla no desarrolló gran afición por el dinero, ya que no capitalizó sus ganancias y al final de su vida terminó viviendo solo y abandonado en la habitación de un hotel en Nueva York, donde fue encontrado muerto en 1943 a la edad de 86 años, de un aparente ataque cardíaco.
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